AGUA


El Agua es un ejemplo de Vida. Discurre adaptándose al terreno que la acoge sin discutirlo. No distingue ni le preocupa si es arenoso, seco, fértil o arcilloso, le da absolutamente igual pues, sin queja alguna, se limita a circular por donde el suelo en cuestión le va marcando.


Cae a veces desde alturas increíbles, otras, de forma oculta, discurre por cavernas oscuras y siempre, en todo momento y lugar, es la misma Agua.

Así puede horadar hasta la roca más dura, pues desconoce el tiempo y su hija la prisa.

Fertiliza todo lo que toca a su paso indiferente a ese efecto, ya que no le preocupa lo que el suelo opine, piense, critique o alabe de Ella. Todo le es igual pues conoce y comprende que cada elemento constitutivo de esta aparente existencia está formado de los mismos átomos que giran eternamente sin pensar que puedan marearse en ese movimiento perpetuo.

Ser como el Agua es conocer y ser la felicidad.

Ser como el Agua es comprender el secreto de la Vida.

Ser como el Agua es simple y claramente Vivir.

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