TU CAUSA


La Paz no vive fuera, en lugares lejanos sino en ti. 

La Felicidad ni se compra ni se vende sino que simplemente ocurre cuando se vacía el baúl de recuerdos propios y ajenos y encuentra el sitio donde ubicarse y aparecer, en el que surgir como semilla caída en buen terreno.


La Calma no depende de nadie, ni siquiera de ti, de ese ti que todo el tiempo te trastoca los planes que previamente te ha sugerido, que destroza las expectativas que, sin sentido alguno, te hizo forjar.

Todos ellos son sólo conceptos, lenguaje necesario para moverse en el mundo y, como tales, ilusorios, cambiantes, inútiles, perecederos, herramientas del sujeto que durante años te dijeron que eras y que aún hoy crees seguir siendo.

Testigo de todo eso eres TU, ajeno durante una fracción de segundo cuando surgen a su posterior influencia, percibes con plena ecuanimidad su aparición, la manifestación del engaño y luego cedes a él.

Es igual, nada de eso importa realmente porque esa pequeña porción de tiempo es una perla preciosa que acabas de limpiar de su arena, un granito o dos, que más da la cantidad, otro concepto importante para el mundo, inservible para ti.

Cada vez que veas su brillo otro granito de arena caerá y aumentará su fulgor, en apariencia, porque su recubrimiento opaco jamás le hizo perder ni un ápice de su luz, de la tuya, es decir, de TI.

Date cuenta sin más, sin juzgar ni juzgarte, atendiendo, ajeno a la tormenta, al cielo completamente despejado que aparece en el horizonte, como brújula que, sin importarle los vaivenes del barco, sigue marcando fielmente el Norte anhelado.

Deja conceptos, abandona ilusiones, olvida todo para que el Todo aparezca en Ti, de Ti, para Ti, por Ti.

Se tu propia Causa.

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