SUFRIR Y ORAR

 

P: Para mi no ha sido sencillo abrazar la enseñanzas Advaita en el tema de la oración. Porque se que me oro a mi misma y hay momentos que me siento incapaz de ayudar a otro. Tengo un hijo que tiene una discapacidad y yo también. Entonces me siento pequeña. Se que eso es un pensamiento limitarte y no ver quien soy yo realmente. El Ser, La Consciencia. Permanecer en silencio sería la mejor oración??

R: La mejor oración es aquella que emana del corazón, independientemente de las palabras que utilices. Hay una historia en ese sentido que relata que un comerciante judío se quedó atascado en su casa por una tormenta y no pudo acudir a la sinagoga y desesperado estuvo repitiendo las letras del alfabeto toda la noche por no recordar las oraciones que tocaba recitar ese mismo día. A la mañana siguiente el rabino se presentó en su casa a preguntar quién vivía ahí. El comerciante, pesando que venía a reprocharle por su falta de asistencia a la celebración, le contestó apesadumbrado que era él. El rabino sonrió felicitándole pues Dios mismo le había dicho que acudiese a su hogar a ver quién había orado con tal fervor la noche anterior.

Dicho lo anterior, en Vedanta, puedes meditar con un mantra, puedes meditar indagando sobre la realidad que eres tras las apariencias del personaje que crees ser y eso en sí mismo puede considerarse una oración ¿comprendes?.

La cuestión es: ¿quién sufre? ¿quién se enoja? ¿quién dejaría de ver un momento pleno de felicidad si no existiesen pensamientos que le recordasen constantemente lo infeliz que es?.

El sufrimiento, la separación del oasis de la calma, son elementos propios del personaje que interpreta la obra creyéndose al mismo tiempo ser el dueño del teatro y de los que en él actúan. Pero Obra solo hay una y ésta incluye absolutamente todo, como mar sólo hay uno que incluye todas y cada una de las olas y gotitas que de él parecen emanar.

Cuando te das cuenta y comprendes que todo es una misma y única cosa, que el cielo es el mismo independientemente del lugar desde el cual se contemple, todo cobra otro sentido. Habrá resistencias, pues la mente no querrá permitir que escapes de su yugo, pero permaneciendo en esa indagación, en esa contemplación y meditación, poco a poco todo volverá a su Ser, aunque, en realidad, jamás haya salido de ningún sitio porque todo, absolutamente todo, y esta es una verdad que hay que comprender, simplemente ES.

Las palabras son incapaces para definirlo, encerrarlo o limitarlo, los conceptos son subproductos mentales que jamás podrían siquiera acercarse a una pequeña descripción de Ello.

Así que dan igual las palabras que utilices si el fervor, la devoción, son sinceras y emanan del corazón, con entrega total, sin importar el tiempo que le dediques y, por supuesto, sin esperar nada: orar, meditar, no se trata de un intercambio comercial con una entidad, Dios, que nos va a dar algo a cambio de otra cosa…

Si quieres orar, ora de ese modo y, si así lo sientes, también puedes sólo sentarte en silencio por que sí, sin más, y repite un mantra, o indagar sobre tu personaje y tu ser, o simple y llanamente cerrar tus ojos y contemplar lo que ahí se presenta y ocurre, atestiguando todo lo que suceda sin juzgar ni dejarte arrastrar por ello, contemplando tus pensamientos, observando quién piensa en ti....

Sabes que vas a morir, pues el cuerpo y la mente deben regresar a los elementos de los que surgieron, así que ¿por qué no dedicar tiempo a comprender tu verdad, la única y posible verdad?

Nada ni nadie te juzga salvo tu personaje.

Sólo vive sin más.

 

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