TODO LO DEMAS

 


El ego es un intento erróneo de la mente de percibirte tal como deseas ser en lugar de como realmente eres. Sin embargo, solo puedes conocerte a ti mismo como realmente eres, ya que de eso es de lo unico que puedes estar seguro. Todo lo demás es cuestionable.

Jamás cuestionamos "todo lo demás". Enfrascados en el sueño, dispuestos a reforzarlo a cada momento, olvidamos lo que somos y sólo vemos lo que deseamos ser.

Intento tan vano e infructuoso como si la flor de la hoja nacida de un inmenso árbol se creyese única y cerrase sus pétalos para evitar verle.

Tu eres el Árbol único de dónde emanan ramas, hojas y flores. Nada más existe, nada más es, salvo por el sueño que sueñas, siempre cambiante e inestable, como balsa hecha de tallos de flor que a duras penas flota en el embravecido mar.

Eres ESO y no hay más, por lo que aunque te creas hoja, flor o rama, aunque te sueñes en multitud de especies y fragancias variadas, jamás podrás tener la certeza de serlo porque  la Realidad es eterna, única, permanente, inmutable e innegable. No se te puede definir y cualquier intento, cualquiera cosa que pueda ser conceptualizada no eres TU.

Y ese "todo lo demás" surge dentro del sueño, de ti, personaje protagonista del mismo, que, como si fueses un cinematógrafo, emites las imágenes una tras otra para aparentar que están vivas, que son la vida.


Deja de creer que eres como esos niños que de pequeños juegan al escondite y, al taparse sus propios ojos, piensan que los demás no les pueden ver.

Para que desear ser algo cuando ya se es Todo.

LA JAULA

 


El hacedor no existe, nadie hay que realice obra alguna, salvo la propia ilusión de serlo, de participar de alguna forma en la cotidianeidad que se presenta y tomamos como única realidad.


No hay quien respire, sólo hay respiración.

No hay quien perciba, sólo hay percepción.

No hay quien se comunique, sólo hay comunicación.

No hay objetos, cuerpos ocupando cierto espacio, sólo hay Espacio sin límites ni medida.

No hay quien ame, sólo hay amor.


El error consiste en proyectar el mar sobre la ola otorgándole patente de realidad única, diferente, variable, siempre cambiante.

El error consiste en creer que el vacío contenido en una taza es distinto al que rodea a la misma.

El error supone afirmar que un rayo del Sol que todo lo alumbra difiere en grado, tamaño e importancia de otro rayo, cuando ambos emanan, son, ese mismo Sol.

La Paz ansiada no puede proceder de esfuerzo alguno, de un interés particular siempre asociado a un egoísmo universalmente extendido, puesto que Ella misma es calma, ausencia de movimiento, relajación absoluta, estabilidad.

La Felicidad anhelada jamás surgirá del torrente de pensamientos que, como río que desborda su curso, todo lo inunda y empapa, destrozando a su paso incluso su propio cauce.

La Libertad no es ampliar la jaula donde se vive encerrado, ni separar más el espacio entre los barrotes de la misma, a tal punto que, con la mirada centrada en la visión unicéntrica aceptada por todos, miremos como caballo de carreras a un supuesto paisaje que se encuentra delante de nosotros, mientras huimos del que acabamos de dejar atrás, creyendo así que ya escapamos de ella.

La Iluminación no reside en encender la lámpara de la mente con las cerillas del pensamiento, derrochando "luz" alrededor. Una hoguera gigantesca produce más luz que la humilde llama de una vela, pero es capaz de quemar y arrasar todo a su alrededor, sin distinción alguna.

Hacer sin hacer es el secreto del Mar, del Espacio, de la pantalla que recibe las imágenes que sobre ella se proyectan sonriendo ante los espectadores que enfrente suyo creen serlo todo.

Ser capaces de trascender el hábito firmemente instalado de creernos que la realidad que sufrimos es lo que la procesión de orugas mentales nos dice a cada instante, es fácil, aunque ellas te dirán que se trata de una quimera, de una utopía y que necesitarás de un esfuerzo hercúleo para siquiera poder comenzar a atisbar la promesa que tras sus muros reside.

Pero ¿Cómo ese pensar va a ser veraz cuando su existencia se basa en promesas, constantes y continuas, sobre un futuro que jamás llegó ni llegará?

El animal que nació enjaulado siente miedo cuando le abren las puertas en medio del enorme páramo.

El que, tímidamente, consiente en asomar su nariz fuera de esos barrotes que consideraba las paredes de su hogar, respirará por primera vez el puro aire de la verdadera vida y correrá con la ilusión del Niño que, asombrado, descubre el mundo por primera vez.

Una vez comprendido su verdadero Hogar, ya no querrá regresar al anterior, porque, ni siquiera lo recordará.

¿Quién verá la llama de una cerilla cuando es el propio Sol?

SILENCIO

 


El Silencio es algo vivo. Cada día, incluso en medio del ambiente más estruendoso que puedas percibir a tú alrededor, ese Silencio está presente.

Es una calma viva, palpable, perceptible, no con los sentidos del limitado cuerpo, sino con todo el Ser.

Siempre está y ES, pero no estamos prestos a oírlo, a escucharlo con atención plena.

Sumergirse en ese Silencio es nadar en la plena Paz, en la comprensión ajena a los conceptos e ideas que tratan de contenerlo, es respirarlo sin entenderlo ni preguntar a qué huele, sabe, o cuál es su color.

El Silencio vivo es como el espacio entre dos hojas: está presente conteniendo el árbol entero.

Guardar silencio cada vez que seamos conscientes del mismo es un sagrado alimento.

Vivir en el Silencio sin más es volverse uno con El, recuperar el Hogar, ser lo único que realmente podemos Ser.

Ser sin ser.

TU



No le des más vueltas, ESO no eres tú.

Lo que piensas, dices, realizas, no eres tú.

Aquello que anhelas, deseas, esperas, no eres tú.

El tu que cree experimentar todo eso, tampoco eres tú.

Porque ser ese tu es ser ya algo diferenciado, separado, presuponiendo, por tanto, la existencia de algún otro con el que diferenciarte, separarte.

Y, sin embargo, el tu buscado, anhelado, deseado, carece de tu, de él, de ella, de alto o bajo, de guapo o feo, de cualquier concepto que emana sola y únicamente del "tú" que cree necesitar todo eso.

¿El agua se busca a sí misma?

¿El aire se necesita a sí mismo?

Tu tampoco te "necesitas"....

Y desde esa ausencia de "ti", en ese vacío, esa Nada, donde todo ES, comprenderás el agua y el aire.

Ser, simplemente ser, sin complicaciones ni derivaciones falsas, es todo lo que necesitas.

Aunque ni ESO es necesario....

EL PAN

 


La semilla molida se mezcla con el agua de la vida para crear la masa de la vida. Pero para su crecimiento y manifestación debe ponerse al fuego de la existencia, donde, desde el reconocimiento de las impurezas que en forma de pensamientos contradictorios, siempre decepcionantes, contaminan su pureza, sea purificada de las mismas.

El pan verdadero es alimento siempre fiel, donde quien lo come aprende a separar corteza, miga y levadura para regresar, como el buen Hijo Pródigo, a la semilla primigenia donde todo estaba en potencia, nada aún en forma.

Así nos ocurre en este horno de la manifestación: la semilla se mezcló y creo una masa de cuerpo y mente, y, en cierto momento, permitió que levadura de los pensamientos hiciese crecer la idea de que era un pan diferente al de enfrente, de mejor miga por dentro, de tierna y crujiente corteza por fuera.

Pero ¿Quien decide volver al verdadero fuego del horno del conocimiento? Ahí todo es quemado, y la corteza y la miga que recubre, se reducen a su esencia más pura, para contemplar la semilla primera.

Desde ahí, si esa misma semilla es trascendida, se verá que jamás hubo  corteza, miga, semilla, horno ni fuego alguno, pues todo ERA y ES, sin añadidura alguna.

Comprendido ELLO ya se puede seguir comiendo el pan de la vida, pero sabiendo en todo momento que sea el pan que sea, tenga la forma que tenga, varie o no su aspecto, solo es sustancia a reducirse en el fuego.

Arde en el fuego de la auténtica Devoción, quema las ilusiones tejidas con pensamientos irrisorios sobre ti, deja que las cenizas se acumulen en el suelo donde duermes tu sueño y, luego, lanzarlas al viento del Ser.

Todo sabe igual desde Ahí.

SALIR DEL CINE


 

Todo ocurre como ocurre, sin más, y las proyecciones cobran aparente realidad a fuerza de pura repetición, pero no son más que la misma película proyectándose sin fin, idéntica ilusión fotograma a fotograma, que el cuerpo y su reina, la inexistente mente, que es sólo un constante fluir de pensamiento tras pensamiento, gustan de ver una y otra vez.

Creerse la película es creer ser protagonista de la misma, sufrir los acontecimientos que se desarrollan en un juego de luces y sombras, como marionetas que cuelgan del hilo que les manejan, es olvidar que se trata de una proyección fantasmagórica sin un  ápice de consistencia ni realidad.

Pero toda sala cinematográfica tiene su entrada y, por tanto, su salida. La entrada es el ticket que compraste al ser consciente de ti, al sentirte diferente al otro, mejor o peor, superior o inferior, diferenciación que perpetua tu estancia en la sala a oscuras, olvidando que una vez entraste y que cuando quieras podrás salir.

El Espíritu siempre está dispuesto bajo el ropaje carnal que por su opacidad pretende ocultarlo y enterrarlo en el olvido. Nada ni nadie puede hacer algo a favor o contra El. 

Se trata entonces de darse cuenta, de comprender que tras el velo de ilusión que supone creer la realidad proyectada, hay una pantalla y un vacío, un espacio donde todo ello "sucede", acontece al mismo tiempo, sin posible separación.

Embelesados por el argumento, lo que era un simple y ficticio guión, perfectamente modificable al antojo particular de cada espectador, se ha convertido en la realidad vivida, invirtiendo de los papeles y, así, la sala pasó a ser el mundo real y éste se olvidó como si de un sutil sueño se tratase.

Cerrar los ojos durante la película permite desconectar de la misma, un segundo o quizás dos. Abrirlos de nuevo supone regresar a la proyección pero ésta ya no será igual.

Cada vez que cierres y apartes la visión de ese guión proyectado, el mismo irá perdiendo más y más fuerza, más y más realidad para que finalmente llegue el momento en que veas cómo las luces de la sala se encienden y contemples todo el espectáculo como lo que es: un divertimento sin más, un juego ilusorio, limitado, falso como espejismo en el desierto.

La solución al cansancio que te posee, al sufrimiento constante de haber olvidado película, sala y salida, es encender la luz que el Espíritu que anida en ti, que ES TU, ilumine la oscuridad y encienda los focos de tu Ser.

Para ello, sólo necesitas apartar la luz exterior, siempre potente e intensa, y permitir que emerja poco a poco la llamita que encendida aguarda que le dediques tu atención.

Hay muchas películas y una sola pantalla.

Acomódate en TI y disfruta la proyección.

ESPERANZA


Esperas encontrar algo que te libere, que te despierte del sueño que en ciertos momentos atisbas brevemente estar soñando, quieres viajar, encontrar ese lugar sagrado donde todo es más claro, donde la duda desaparezca por y para siempre. Pero debes saber que...


Quien busca eres tú

Lo buscado eres tu

Quien sueña eres tú.

El sueño eres tú

El soñar eres tú.

Quien despierta eres tú.

Quien atisba eres tú.

Lo atisbado eres tu.

Quien viaja eres tú.

El viaje eres tú.

El lugar eres tú

Quien duda eres tú

La duda eres tú.


No puedes viajar a ningún lugar fuera de ti, exterior, lejano o cercano, pues las distancias no existen en aquello que ya es todo. Si en algún momento sintieses la necesidad de emprender tal viaje, desconfía y, en perfectas calma y confianza, siéntate tranquilamente y viaja dentro de ti, atisbate, obsérvate, contemplate y verás que todo eso ya eres tú.

El cuerpo y los pensamientos siempre pretenden llevarnos a un lugar, cuanto más alejado mejor, donde nos espera el gran secreto. Ese que hace que cada día de tu vida te parezca un desastre, un sufrimiento constante, es el mismo que te empuja a alejarte cada vez más de ti, no vaya a ser que si te acercas demasiado a ese "ti" que te dice eres, contemples el espectáculo desde lo alto y lo veas en toda su ilusión, que lo es.

Se puede viajar sin moverse del sitio donde se está, como cada ola viaja sin moverse ni alejarse un milímetro del mar que es.

Tienes la clave puesto que tú la creaste. Tan solo necesitas verla, contemplarla en toda su desnudez, desprovista de vestiduras que difieren en su aparente grado de riqueza y ostentación, pero que están hiladas todas con el mismo tejido compartido: el flujo de pensamientos que, como araña, ha elaborado la tela donde permanecer atrapados por siempre.


Rompe la tela sin romperla, 

mata la araña sin matarla, 

disuelve la ilusión sin disolverla, comprende la realidad que eres.


La dificultad es tu ilusión y el esfuerzo la herramienta que crees necesitar para poder verla. La calma ya está en ti y desde ella, atestiguando toda la creación, comprenderás la grandeza de la maravilla que ya ES.

Nada necesitas cuando comprendes que nada eres.

No puedes liberarte pues eres la propia Libertad.

SE, simplemente SE y todo lo demás vendrá dado por añadidura.