SER OTRO


 

P: A veces querría ser otro…
 
R: No hace falta que seas otro, éste, aquel o el de más allá.
 
No necesitas fingir vistiendo ropa ajena aparentando ser lo que no eres.
 
No insistas en ser lo que crees ser en lugar de abrazar y abrazar-TE, sin mover ni un solo músculo del cuerpo que tanto adoras, defiendes y cuidas.
 
El esfuerzo que derrochas cada día en ese aparentar el personaje que has construido a partir de experiencias, recuerdos, memorias y deseos, siempre contaminados, jamás Realidad pura, es energía y tiempo desperdiciados. Puedes redirigirlo hacía Aquello que sí eres y, si no lo sabes, sólo elimina, por indagación, todo aquello que realmente conoces no ser.
 
P: pero es que cuanto más humilde intento ser más parecen abusar de mi…
 
R: ¿Quién abusa? ¿De quien se abusa? ¿Para qué el que se siente abusado necesita hundirse de forma artificial y artificiosa en la tierra de la ignorancia?
 
No fructificará la semilla arrojada en tierra impura, aunque se revista con las flores más hermosas para otorgarle la apariencia de un delicado campo de aromas excelsos.
 
La humildad sobrepasada, llevada a un extremo, es señal inequívoca de orgullo disfrazado.

Abandona falsas humildades y saberes intelectuales que te otorgan un breve podio en las discusiones mundanas del que caerás sí o sí, de forma irremediable.
 
No eres ese cuerpo, ni sus pensamientos y si no me creyeses, investiga, cuestiona, analiza todas las ocasiones en que seguiste fielmente sus indicaciones y comprueba cuántas de ellas fueron como te anticiparon.
 
Eres Todo, Grande, Belleza en estado puro, como el Cielo que te recubre, como el Mar que te arrulla con su adorable vaivén de olas de puro Oro.
 
¿Por qué empequeñecerte?
 
¿Por qué engrandecerte?
 
P: Pero las criticas…
 
R: ¿Por qué hacer caso de las olas que encumbradas brevemente en la cresta del mismo océano compartido critican el mar en el que se sustentan?
 
Se como el Aire que se mueve por doquier, como el agua que se adapta al terreno que la absorbe o sobrevuela el eter aupada por el calor del eterno Sol para regresar como lluvia fértil al lugar de donde jamás partió.
 
Cuando compruebes esta Verdad, única e irrepetible, inimitable, recuérdala grabándola a fuego en tu Ser.
 
No te aumentes, pero tampoco te disminuyas.
 
Sólo Se.

 

FAROS


 

Los faros son seguros de vida, luciérnagas que en la noche avisan de los peligros que acechan en la costa mediante la luz que emanan sin distinción, generósamente, a su alrededor sin mirar quién la merece o quién no.
 
El faro de la Comprensión actúa exactamente igual en nosotros, aquí y ahora, iluminando siempre de forma constante, despejando el cielo de las nubes que a veces parecen, sólo parecen, ocultarle.
 
¡¡¡Pero esa ocultación es mentira cochina¡¡¡ como dicen los niños.
 
A veces gustamos de recubrirnos con nubes ajenas y sobre todo propias, pero todo es puro Cielo despejado donde, con sólo soplar desde el convencimiento de que todo está hecho y nada hay que podamos hacer, esas mismas nubes se irán por sí solas mostrando la Belleza que ya Es y permitiéndonos comprender que sólo podremos ir respondiendo a las vicisitudes que la manifestación nos va presentando, sin que nada más podamos hacer.
 
Estamos tan acostumbrados a tener que esforzarnos, a resolver los problemas de forma a veces muy dura, que hemos olvidado la inocencia original, esa prístina ignorancia que de niños teníamos y usábamos de forma natural, sin dudar de su resultado, que siempre tomábamos por seguro. 
 
Igual tenemos que recuperarla desde la fe ciega completa y absoluta, sin fisuras, desde el convencimiento que todo, absolutamente todo, se reduce a una cuestión de comprensión, de ese darse cuenta que a todos nos espera desde siempre agazapado en la sombra de la mente y que en cuanto se despeja, aunque sea levemente, emerge con la fuerza inapelable de la Realidad que Es.
 
Y curiosamente en esa reducción, en esa minoración, se produce el crecimiento, la floración esperada, el resurgir, el renacer de ese Algo que esperabas y que ya estaba florecido, resurgido, renacido, sólo que habías olvidado cómo mirarlo porque enfocaste tu faro en costas lejanas en lugar de en las propias.

Estas a tiempo, siempre se está, puesto que este tiempo es otro invento, muy elaborado y anclado, de la misma mente que te impulsa a navegar por territorios ajenos a ti.
 
Enciende tu faro.
 
Contempla el paisaje.
 
Todo, eres Tu.

REALIDAD APARENTE


 

La aparente realidad es persistente en su interés en que no veas más allá de la forma en que se presenta y en la interpretación filtrada que de ella hace tu mente. 
 
A cada momento intenta convencerte de que todo eso que sufres, sientes y piensas eres tu, de que nada más hay que esa película que jornada tras jornada viene proyectando delante de ti.
 
Por eso teme el que te des cuenta de que precisamente es sólo eso, una película.
 
Le da pavor sólo de que puedas pararte y pensar que si se proyecta delante de ti no puedes ser "Ti", de que cada interpretación siempre adopta un perfil negativo donde la calma y la paz brillan por su ausencia.
 
Date cuenta que no puedes ser eso puesto que tu mismo lo contemplas, lo ves y, en cierto modo, aparentemente lo sufres.
 
Date cuenta que eso que ves siempre va a estar y que la única oportunidad que tienes es la de verlo con otros ojos, esos que "imparcial - mente" son testigos de lo que acontece, esos que aceptan el discurso petulante y negativo sobre la maldad ajena y la queja impropiamente propia pero que, una vez visto, lo dejan a un lado, como al niño que tras haber realizado su travesura le dejas que siga jugando.
 
Observa el juego, sigue jugándolo si quieres pero sin olvidar jamás que tu, el juego y su percepción son la única y misma cosa.
 
El mundo existe por ti y sin ti desaparece en un instante fugaz.
 
Déjale existir mientras tu existas.
 
Deja de existir de tal forma que Seas Tu y contempla ese mismo mundo como lo que es.
 
El sueño desaparecerá y la Vida regresará de donde jamás partió.

SALTO


 

Reconócelo: cada día buscas ese algo que "te falta", ese hechizo mágico que resuelva la infelicidad que experimentas, el Vellocino de Oro, la Piedra Filosofal que transforme esa plúmbea vida en precioso y preciado puro Oro.
 
Hemos olvidado que somos la Fuente y que reside en nosotros, que ES en y por nosotros y por eso preferimos la nostalgia del viaje en lugar de la alegria de llegar a destino, la queja y la tristeza nostálgica de un recuerdo fugaz que nos empeñamos en buscar en galaxias lejanas cuando dentro de nosotros se encuentra el entero universo.
 
¡Despierta y mira!
 
¡¡Todo lo que te rodea y puedes percibir es pura ilusión!!
 
Todo es susceptible de ser tratado como el cuadro colgado en la pared de tu cuarto, como el suelo que pisas, como la luz que entra por la ventana...
 
Todo, absolutamente todo. Y ese "Todo" incluye tu cuerpo y tus pensamientos a los que debes observar como si de una película se tratase, donde atiendes a los actores de la misma y a su devaneos en la historia que en ella se retrata.
 
Y entonces ¿dónde estas tu?
 
Si puedes contemplar todo ello así, no puedes serlo, incluidos ese cuerpo y esos pensamientos que emergen y surgen por doquier sin ningún estímulo previo, sin que tu voluntad pueda decidir cuándo y de qué forma deben aparecer.
 
¿De verdad crees controlar algo?
 
Todo ocurre como debe ocurrir. 
 
Todo Es como ya Es. 
 
Todo emerge a cada instante, completamente nuevo y sólo la ilusión de una memoria basada en supuestos recuerdos de un pasado ya extinto te hace creer que actúas en esa obra de forma voluntaria y decidida, que eres hacedor de tus actos.
 
¡Despierta y mira!
 
Salta al vacio del cuestionamiento de ese tu.
 
Observa todo como el sueño que es y Todo ocupará el lugar que le corresponde.
 
Contémplate y verás que nada ni nadie puede hacerte ver aquello que ya eres porque precisamente ¡ya lo eres!
 
¡Despierta y mira!
 
Encontraras que nadie hay que despierte y mire.
 
Vive la Vida.
 
Se esa misma Vida.

SUAVE DESPERTAR


 

Un suave despertar tras una noche de profundo sueño, un instante eterno, sagrado, donde todo Es, sin que nada haya sido aún, con el silencio como presidente de la sala, con la calma del lago virgen aún sin ser rozado por el viento, en la perfección de la semilla que sabe sin saber, una Real realidad donde nada cambia porque todo es perfectamente perfecto.
 
Al instante siguiente, aparecen las calles, los transeuntes, los sonidos de primera hora, la pereza, las obligaciones y poco a poco, como un manto de niebla, se va asentando tapándolo todo.
 
El Silencio es la llave de la puerta de la perfecta liberación, la Gracia que con su humilde presencia permite que todo sea hecho conforme al plan divino que desde siempre protagoniza la vida.
 
Un silencio no exhento de lenguaje y palabras, pero ausente de sus implicaciones, que sólo una mente ruidosa puede traer a colación.
 
Permanecer en silencio es agarrar ese instante entre dos respiraciones, dejando de lado lo que transcurre entre esos dos silencios que son uno. 
 
Permanecer en silencio es atender a ese momento eterno cuando se despierta del sueño profundo de la noche y seguir así cuando la aparente vida comienza a recabar su tributo.
 
Abraza el silencio en silencio, a cada segundo de cada instante de cada día y no lo sueltes, incluso dentro del ruido mas intenso, en el centro de la madeja de pensamientos que buscan tejer tu jersey, en la tormenta mas poderosa, aunque intente por todos los medios que lo sueltes y aunque, en ocasiones, pueda conseguirlo. 
 
No te ensucies con la queja y el reproche y raudo y veloz vuelve a ese abrazo.
 
Abraza el silencio y quédate ahí, donde el milagro siempre ocurre.

TU SUFRIR


 

Todos los sufrimientos que dices padecer pertenecen al cuerpo, es él quien los sufre y experimenta.
 
Pero tu no eres ese cuerpo, el cual, en cierto momento, dejará de existir disolviéndose en el polvo del que fue creado.
 
Esa muerte la experimentas en dos momentos cada noche:
 
Cuando dormitas con sueños leves, donde todo ocurre sin que la mente pueda entrar a saco como elefante en cacharreria, es decir, como tiene acostumbrado hacer en la vigilia.
 
Cuando duermes profundamente, sin sueños, sin mente ni cuerpo que lo puedan registrar, aunque al despertar recuerdas que ha acontecido así.
 
El cuerpo, y su compañera mental, se irán, sí o sí, quieras o no quieras, pero ¿por qué esperar a ese momento?
 
Hay tres formas en las que soñamos cada día, las dos primeras ya te las he contado, pero hay otra, más sutil, que pasa casi inadvertida salvo por ciertos momentos donde todo parece difuminarse en la nebulosa irrealidad que realmente es.
 
Ese otro sueño es el de tu vida, el que sueñas cada día, el que repites una y otra vez basándote en la aparente consistencia de la realidad que dices vivir.
 
Puedes pasar toda esa vida, todo ese sueño, abriendo las puertas de par en par a la queja, al miedo, al sufrimiento, a todas esas nubes que intentan, sin éxito, te lo aseguro, ocultar el despejado cielo. Incluso puedes hacerlo creyendo que estudias, meditas, practicas "otra cosa" distinta a los soñadores que te acompañan en tu sueño, que es el sueño de todos.
 
La Comprensión está ahí, aquí, esperando a que decidas darte cuenta y comiences a cuestionar y cuestionarte, indagar sobre ese “te” que crees ser, comprobar sus carencias, su irrealidad, no en cuanto a sensaciones físicas, entre las que están el dolor, el placer, el hambre o la sed, puesto que esas pertenecen única y exclusivamente a ese cuerpo, sino derribando el muro de creencias y excusas que no resistirán el más mínimo cuestionamiento que sobre el mismo hagas.
 
Contemplarás, te lo aseguro, cómo cae esa pared forjada con ladrillos de pensamientos e ideas sin utilidad alguna.
 
Comprenderás, quizás no tanto lo que realmente eres, sino, fielmente, todo aquello que realmente NO ERES.
 
Lo que quede, las cenizas resultantes de esa combustión, purgadas de sus adherencias metálicas, serán justo Aquello que siempre fuiste y jamás has dejado ni dejarás de Ser.
 
Animo.
 
La Victoria está asegurada.

TU SECRETO


 
Tu secreto debe pasar a formar parte de la Vida
Proverbio Arabe
 
Somos un secreto andante, enorme, poderoso, compartido con el resto de la Naturaleza, del universo. Un secreto que conoce todo y es conocido por Todo, desde un átomo girando en su órbita hasta la estrella más recóndita de la más apartada galaxia. El viento lo lleva en su vientre, el sol lo deposita con cada caricia de sus cálidos rayos, el agua lo celebra, el amanecer lo alaba, el anochecer lo honra.
 
Todo lo sabes y es sabido por Todo, menos por nosotros, esos que hemos olvidado ese gran secreto a fuerza de esconderlo en un lugar donde jamás buscaríamos, bien adentro en las entrañas del alma, donde, además, levantamos un castillo de enormes muros formados de pensamientos que parecen protegerlo pero que en realidad, no nos confundamos, lo único que pretenden es evitar que ese darse cuenta de la realidad salga del castillo y pueda ver la Luz de nuevo.
 
Da igual si lo escondimos por miedo al dolor o al sufrimiento, en todo caso ocultarlo fue algo equivocado y su olvido se ha convertido en la única causa de precisamente todo aquello que queríamos evitar pues, si con sinceridad nos miramos bien, ¿qué vemos?
 
Es hora de extraerlo de las profundidades de la Tierra, derrumbando esos muros piedra a piedra de un solo golpe, de abrir de par en par las puertas del castillo y sacarlo de sus estancias a la plena Luz del campo de la Vida que es su Hogar, el nuestro, subir a lo alto de la montaña y mostrar ese secreto que contiene la grandeza que pensábamos perdida, la alegría de vivir por que sí, la confianza en que todo actúa y ocurre según lo previsto, la certeza de que nada hay que hacer salvo dejarse llevar como un bebé en brazos de su madre, sonriendo en la seguridad de que nada malo le pasará.
 
Encuentra tu secreto, la verdad de lo que eres, más allá de opiniones ajenas, de maestros y sabios, de personas cercanas o queridas que tan sólo ayudan a que crezcan tus muros, la mayoría del tiempo sin saberlo.
 
Nada hay que separar, nada que unir, nada que buscar, aunque sí atender el ímpetu que impulsa hacia Eso que parece perdido y que tiene tantos nombres como seres que se embarcan en ese viaje.
 
El yo no necesita ser subyugado sino sólo acceder a la comprensión de su realidad, de la Verdad que Es, sin tapujos, ni disfraces.
 
Comprende bien esto:
 
¡Quien busca subyugarlo es el mismo a subyugar!
 
Es hora de habitar la Verdad de Ser simplemente uno mismo.
 
Es hora de contemplar la belleza que todo lo habita.
 
Es hora de abrazar la Vida.