MAREO


 Deja de darle vueltas a todo o acabarás viviendo en pleno mareo. No hay nada complicado salvo la resistencia a soltar y soltarte de esas amarras con las que el barco que crees pilotar se agarra para resistir más y mejor el embate de las olas.

Nadie puede disfrutar agarrotando el Alma, confiando el Espíritu a un recipiente tan pequeño, pues corre el riesgo de zozobrar chocando contra las rocas, imaginarias pero tomadas como reales, creadas por tanto pensamiento.

Suelta lastres innecesarios, libérate de las cargas de cuerpo y mente y ve, quizás por primera vez, la cuerda real en lugar de la serpiente amenazadora.

Vivir es fácil cuando la plena confianza en el Poder que todo lo rige y Es toma el mando libremente, pues sabe a Ciencia Cierta el qué, el cómo, el cuándo y el dónde.

Pero no pidas que te muestre el quién, pues solo conoce de Realidad y no de apariencias más o menos fantasiosas.

Te guiará a la Luna para que la despejes de luces y sombras y llegues a donde jamás partiste. Habrá lo que percibirás como dificultades pero que se disolverán como el hielo ante la Luz del Sol.

Ahora bien....

¿Te gusta la comodidad?

Entonces sigue soñando.

ESTADO


En el estado donde ya no hay más preguntas se vive sabiendo que es la Vida la que se vive a nuestro través.

En ese estado, la ira, el enfado y demás emociones, siguen surgiendo, pero como rescoldos de una hoguera que aun estaba activa pero conociendo ahora qué fuego es, cuál hoguera y que, en realidad, todo es la misma y única luz.

La sutilidad de la mente sólo es un pobre intento de permanecer en la idea preconcebida que tiene de lo que es vida.

Pensar que se alcanzará una paz soñada o la calma sin tormenta es como pedirle al sol que apague su luz cuando el cuerpo se queja del calor excesivo: tarea imposible y objetivo equivocado.

La mente sólo quiere convencerte de que es la testigo de todo, como un último intento desesperado de contemplar ese algo que jamás logrará, puesto que ESO no es nada observable, sino la observación, el vacío, donde todo es sin mas.

Siempre fue, es y será una proyección de aquel personaje rey de su creación, la única en la que puede reinar aunque en realidad sea un intento destinado al fracaso, un algo imposible, como intentar asentar un trono hecho de briznas de hierba sobre arenas movedizas.

Darse cuenta de la Realidad que subyace tras toda emoción, todo pensamiento, toda ilusión es suficiente para que la Vida siga desplegándose en su eterna y vasta enormidad.

Deja que los pensamientos sean pero date cuenta que no son TU.

Deja que el cuerpo desee pero date cuenta que esos deseos no son Tu.

Nada hay que añadir ni nada hay que quitar.

Sólo asiste a la maravilla de vivir, sabiendo que nadie vive ni nadie muere, pues Aquello no conoce de nacimiento ni de muerte, ni de juventud ni de vejez, ni de hombre ni de mujer, ni de sabio ni de ignorante.

Así, vive sin vivir en ti y la Alta Vida que esperas será lo que siempre fue: TU.



SENCILLEZ


Cuando nacemos todo está bien: lloramos ante la incomodidad que nos rodea o cuando necesitamos algo, reímos sin motivo alguno ni deseo de agradar, reaccionamos, en definitiva, a todo lo que se nos va presentando sin intervención previa de juicios, justificaciones, deseos o intereses egoistas. 

El agua es clara y tranquila y siempre se ve así hasta que crecemos y comenzamos a enturbiarla introduciendo de golpe en ella todo aquello que de pequeños obviábamos por ni siquiera saber que existía. 

Y pensamos que la claridad desapareció y con ella la felicidad.

Pero la claridad no se ha ido a ningún sitio, sólo es que no contemplas que la misma depende de lo revuelta que esté el agua y para saber eso hay que mirarla fijamente, a través del enturbiamiento que los objetos lanzados a ella han producido y siguen produciendo, y observar que, bajo ese oleaje, sigue tranquila, inamovible en su calma, clara y potable, capaz de calmar cualquier sed.

Y así, conforme se ve todo más claro, más la mente, esa inquilina que vive en la parte alta de este cuerpo, incrementa sus dudar, comprobar, comparar... pues esa es su función y es lo que la mantiene activa, y, en cierto sentido, viva, sosteniendo la ilusión del enturbiamiento que hace desaparecer de la vista vulgar y cotidiana la claridad tan ansiada.

Si se decide seguir mirando el agua y por un instante atreverse a sumergirse más profundamente, se encontrará que, bajo el bullicio de las olas, se encuentra el Silencio donde todo danza sin movimiento y se expresa sin palabras. 

¡Y qué decir ante ese Silencio que nos susurra que nada hay que se necesite pues todo está ya otorgado de antemano.!

Somos capaces de lo más difícil: complicar algo tan tremendamente sencillo como es la propia Vida, manifestación de la Consciencia en toda su creación, la tuya y mía, la nuestra.

Si poco a poco vas dándote cuenta de las pequeñas cosas que piensas, haces, ideas y las reacciones emocionales consecuentes, de repente, en cierto momento, algo comienza a saltar, y da igual que sea un segundo, dos o una milésima del mismo: la labor ya ha comenzado y la luz comienza a surgir por si misma, sin esfuerzo alguno por tu parte, de las tinieblas donde se había retirado.

Y luego ya sólo queda seguir visitando ese lugar una y otra vez, cuestionando, preguntándose y comprendiendo lo que bajo esa agua enturbiada existía desde siempre, como fosa abisal productora de temibles leyendas que los pensamientos tejían para evitar que la visitases, pero repleta de pura vida maravillosa, sin fin. 

Un mar calmo donde reposar.

Y atestiguarás el cuerpo como ente independiente, como objeto funcionando por su cuenta sin que "yo" sea afectado por él. 

Y lo extenderás a la mente, otro objeto más que se cuela por los resquicios que intenta abrir con la duda y el “algo más” siempre a alcanzar, nunca a lograr, como si tuviésemos que esperar ese "flash", esa explosión, ese "despertar", como algo especial, como un requisito imprescindible para Ser.

Si lo ves, comprendes y te mantienes en esa calma, tendrás vislumbres del Ser, de esa Eseidad donde Todo ya Es porque no puede no ser.

Los "peros" seguirán apareciendo, e incluso parecerás vivir en una dicotomía constante, en una suerte de esquizofrenia perceptual donde, por una parte, sabrás que todo está como debe estar mientras, por otra, contemplarás al personaje que creías ser actuando, sintiendo, independientemente de Ti.

La verdad es sencilla.

La ignorancia compleja.

La Comprensión es el vislumbre del Amanecer constante, perpetuo, eterno, sin árboles que no dejen ver el bosque.

La Vida simplemente Es.

No la compliques.

BUSCADORES DE TODO


 

Los antiguos maestros observaron profundamente.

¿Qué tan profunda fue su visión?

Se dieron cuenta que nada existe.

Eso es el entendimiento perfecto.


Chuang Tse


Buscando todo, saltando de rama en rama, parándose unos instantes en cada una para apreciar, con la ilusión de haber encontrado eso que no se sabe que es, la fecha del momento feliz, como la espera a la hora de abrir el paquete que contiene el regalo inesperado.

Buscando todo, saltando a la rama siguiente, pues, despreciando lo hallado, y en alas de un aburrimiento frío y estéril, se sigue escrutando el lugar donde se halla el tesoro oculto.

Para buscar hay que saber, sentir, anhelar aquello que se desea encontrar, con la devoción y la intensidad del que, ahogándose, asoma su cabeza para tomar una bocanada de aire más.

Ese Todo buscado se encuentra más cerca de ti que tu propia respiración, sencillamente calmo y quieto, sin adornos, siempre superfluos, nunca necesarios ni portadores de verdad, que ofrecen, como los mercaderes de humo, mercancías que se escurrirán entre tus dedos.

Cuando el corazón llora por lo que ha perdido el Espíritu se alegra por lo que ha encontrado.

Buscadores de todo, halladores de nada

BUSCADORES


 Comparto aquí el nuevo video subido al canal de LA GRACIA DE LA LIBERACION.

https://youtu.be/-1BeCZEtWgc

Bendiciones 🙏🏼

BUSCAR FUERA



Todo a su tiempo, a su ritmo e intensidad.

Demasiada suavidad y dulzura hace que te canses del azúcar.

Demasiada acidez estropea la degustacion.

El justo medio es el centro donde todo gira en una rueda infinita sin tiempo, irradiando al perímetro que lo circunda como onda que desde ahí se expande.

Allí la ilusión, disfrazada de múltiples formas, seres y sabores.

Aquí lo Único sin dos, el centro inmutable que, ajeno al espejismo, siempre basado en nuestras proyecciones de carencias, nada necesita porque todo lo tiene y es.

Moverse de uno a otro mantiene la ilusión.

Permanecer sin permanecer alumbra el Camino.

Así, las serpientes son vistas como cuerdas y las cuerdas desaparecen como bruma en el amanecer, pues nada pueden atar ni a nadie envenenar.

Las raíces del árbol absorben todo cuanto tocan, incluso el veneno que le puede matar.

¿Seguirás absorbiendo la bruma?

Es tu decisión seguir saltando de rama en rama.

Al final, tendrás que bajar.


¿IR?


Un sólo camino que concluye inevitablemente en el único Mar de la existencia plena.

¿A dónde quieres ir? 

Desplazándote a lo largo de tu vida por innumerables ramas olvidaste el árbol que ancla sus raíces en la profundidad de la tierra y alza su copa hacia el único Cielo, uniéndolos en santo matrimonio.

No hay dualidad para quien ve el árbol primordial y, además, sabe que es ese mismo árbol.

Las palabras emergen críticas, intelectualmente brillantes a veces...

 ¿De quién, para quién?

Cuando observas tu quehacer diario, y te asomas al profundo e inmenso balcón de tu ser interior, te das cuenta que realmente jamás hubo profundidad, interior ni exterior, balcón, abismo, ni nadie que se asome, pues nada perenne puede resistir la mirada indagatoria de lo eterno.

Cuestiónate, sobre todo cuando crees ser más inteligente, argumentar mejor, criticar con convencimiento pleno de razón, porque en esos mismos momentos tu panorama real estará dispuesto a mostrarse en cuanto renuncies a ti, a ese "ti" que solo busca reforzarse constantemente a costa de las demás olas, de los otros ti, que son realmente un único Ser.

Contemplar, aunque sea por una fracción de segundo, que se es ese todo y que no hay pensamiento, idea, palabra o descripción posible de Ello, hace que ya nada más importe, interese ni afecte.

Seguirás enfadándote, quejándote, reaccionando al mundo, pues es ley de la manifestación que lo que forma parte de ella lidie con sus apariencias, pero no serás tú quien lo haga.

Y lo verás con tal claridad como si mirases al sol desde el permanente centro del mismo.

Si quieres tener razón, sigue inundándote de pensamientos.

Si quieres abrazar la Paz, olvídate.