P: ¿Por qué no encuentro la calma, la paz tanto tiempo ansiada?
R: Porque la buscas. Creyendo que te faltaba algo comenzaste su búsqueda corriendo de aquí para allá en la esperanza que cierto día ese algo aparecería delante de tus narices y por fin podrías descansar. En el mismo afán de querer encontrar se haya la ilusión de la perdida que jamás aconteció. Un árbol no busca la manera de enraizar y crecer, el mar no se plantea en que ángulo debe colocar sus aguas para que el viento genere las mareas y ni siquiera el propio Sol calcula la intensidad de sus rayos para que de calor en lugar de quemar.
La mente necesita de "por qués" pues busca como loca entender ajustando todo a su foco reducido, para sentirse segura, para dejar de percibir la gran amenaza que ve en todo aquello que se plantea su dominio e, incluso, su propia existencia real. Por eso siempre empuja al movimiento, a desplazarse en un viaje interminable para comprender, eso sí, en lo que ella entiende por comprensión: un ajuste de todo lo que acontece a su idea previa de cómo debe ser eso mismo que acontece. Es como un zorro queriendo morderse su propia cola y obviando que todo es perfecto ya porque todo, absolutamente todo, ya ES.
P: Pero entonces ¿Por qué esta necesidad de buscar?
R: Porque quien la produce se considera separada de todo lo demás, una entidad diferente, apartada que necesita calcular, estudiar las posibilidades y desarrollar acciones destinadas a satisfacer sus propias ideas de necesidad y suplencia de supuestas carencias. El ave no piensa como debe agitar sus alas, simplemente vuela.
Buscando la calma de esta forma es como si estando de pie en tu propia casa comenzases a moverte de una habitación a otra, recorriendo las estancias mientras en voz alta expresas tu deseo de poder descansar, de parar y abrazar la calma. ¿Crees que así la obtendrás? Ni siquiera serás capaz de ver la posibilidad de simplemente parar y sentarte, así de simple.
De igual modo ocurre en lo que denominas tu búsqueda: te mueves de aquí para allá en tu propia casa, que es todo lo existente, como si en alguna de sus múltiples moradas te estuviese esperando ese no se qué que buscas encontrar. Todo es tu casa porque nada hay fuera de la Presencia que todo lo ES.
P: Tiene sentido pero...
R: ¿Para quien tiene sentido? Aquello que ahora mismo parece comprender ésto es lo mismo que te empuja una y otra vez en busca de ese mismo sentido que ahora dice comprender. ¿Cómo lo que es limitante puede siquiera comenzar a atisbar lo inabarcable?
Deja de correr de un lado en para otro y descansa en lo que es.
Resiste las tentaciones de seguir saltando de rama en rama en búsqueda del fruto más sabroso que siempre se encontrará en el árbol siguiente.
Sólo desde la paz se puede entender la inutilidad de la guerra.
Sólo desde la quietud se comprende la vorágine del movimiento.
Sólo desde ELLO se ve que nada hay que entender.