PLANTAR


Se necesita mucho tiempo para hacer crecer un árbol, pero sólo cinco minutos para talarlo.
Ramakant Maharaj

Todos, en algún momento, por encima de lo ilusorio de este mundo, sentimos la insatisfacción que el mismo nos produce. La diferencia reside en la voluntad de pararse a meditarlo, comprenderlo y terminar absorbiendolo o sacudirse de encima ese darse cuenta y seguir nadando en el mar de lo irreal.


La semilla viene ya plantada de fábrica y sólo tenemos que quitar todo lo que le sobra, tapa y obstruye que le llegue la Luz para que se convierta en el árbol que está destinada a Ser, que YA ES en potencia.

Y cuando el árbol crece con fuertes ramas y sabroso fruto es el momento de estar más atentos a su cuidado porque sin más la tentación en diferentes formas surgirá con fuerza inusitada y, si olvidamos cómo surgió, quién lo sembró y qué Jardinero Fiel lo cuidó a nuestro través, el árbol será talado en cinco minutos.

Somos semilla, tierra, abono, árbol y jardín, todo en Uno y somos, asimismo, el Jardinero pues nada hay fuera de la Presencia que todo lo ES. Y olvidarlo supone permitir que la plaga llegue a Egipto y arrase con todo o, dicho de otro modo, corrompa y oxide el metal que tanto costó bruñir.

Tejemos durante el día y por la noche deshacemos la trama, esperando la llegada de lo que nos salvará. Pero.... ¿Quién espera y quién debe llegar? La ilusión de la separación ha calado profundamente a fuerza de tanto repetirse que ha usurpado la Verdad, pero eso no le da más realidad ni más verosimilitud.

La tarea es fácil pero se reviste de esfuerzo y dificultad pues la resistencia es sutil y conoce bien los ardides a emplear.

La solución es la Confianza ciega, la Escucha sorda, el Habla muda y el Tacto inerme ante el espectáculo y la disposición plena del vaso que se ofrece a ser llenado por la lluvia.

El Cielo ni se enfada ni se alegra, simplemente deja que las nubes se planten en él sin cambio ni afección de su esencia.

Nadie tira piedras al Cielo so pena de salir herido.

Nadie planta semillas sin la confianza en que lo que hemos convenido en denominar como Naturaleza la sacará adelante.

¿Quieres ser Jardinero de Ti? 

Busca tu semilla y cuécela en silencio.

El Edén te está esperando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta con total sinceridad e interés. La Libertad no necesita de halagos.