NAVEGAR

 


¿Soy totalmente valiente, pacífico, tengo felicidad completa, estoy libre de tensión?

Esta es la pregunta que Sri Ramakant hacía a quienes le consultaban sobre el conocimiento que supuestamente les había aportado su experiencia en la búsqueda y el cómo comprobar que un maestro o una doctrina eran realmente "efectivas" o se habían comprendido y aplicado correctamente.

Todos somos marineros de la vida y la navegamos saltando de barco en barco y de destino en destino. Y cuando una nave o un puerto al que arribamos no termina de proporcionarnos aquello que esperábamos conseguir, nos embarcamos en la siguiente travesía en la confianza de que esta vez sí lo podremos lograr.

Así podemos pasar vidas en el mar oteando el horizonte en pos de un sueño y, en cierto momento, arribando a un pequeño islote donde hallar algo de dulce agua y viandas que calmen el hambre que nos acuciaba durante toda la navegación.

Es entonces cuando hay que plantearse la pregunta del inicio: ¿Verdaderamente estoy libre de tensión y vivo pacíficamente conmigo y con el resto de grumetes que me acompañan en este viaje?

El cansancio y la desidia nos vuelven conformistas y desde ahí jamás veremos ni pisaremos el puerto ansiado.

El secreto está en el mar que surcamos y nos surca, en comprender su oleaje y sus mareas, en contemplar los vaivenes que produce como quien disfruta de una película maravillosa, con sus momentos de drama y comedia, de acción y reposo, pero sin jamás dejar de ser película proyectada por un instante en la eternidad de la Vida.

Navegar así permite ir adquiriendo la comprensión y constatación de que esas valentía, felicidad y calma que, libres de tensión alguna, veremos emerger, ya estaban con y en nosotros, pero que enfocado el catalejo del corazón en tierras lejanas y ajenas, en quimeras de supuestos paraísos donde todo nos esperaba, no habíamos podido ver.

Navega si quieres pero con la brújula de las preguntas claves que impulsen tus velas hacia el auténtico Norte de tu Ser.

Verás que jamás saliste de Puerto alguno ni abandonaste tu único y verdadero Hogar.

VERDAD SIN MÁS

 



La verdad deja de ser Una cuando se transforma en conceptos. Las opiniones son fáciles de verter sobre aquello que, sin conocerlo realmente, es difícil de identificar por los receptores de las mismas 

Por eso hay tantas supuestas razones, opiniones y comentarios que se quedan sólo en eso: simples esbozos intelectuales sobre aquello que, precisamente, se encuentra más allá de esa frontera de conceptos.

Cualquiera que no los tenga puede hablar sobre los hijos y, quien teniéndolos lo escuché, sonreirá dulce y compasivamente, pues hay cosas que solo pueden comprenderse cuando se sienten, experimentan y viven sin más.

Lo mismo ocurre con la Consciencia: todos hablamos sobre Ella y la etiquetamos de diferentes formas (Preset, Verdad, Unicidad, Ser...), sobretodo cuando, tras largo periplo visitando diferentes lugares llenos de supuesto conocimiento, hemos llenado la mochila de ideas filtradas por nuestros pensamientos y opiniones al respecto.

Pero... ¿Quién mejor para explicar lo que es ahogarse que aquél al que le ha faltado la respiración?

¿Cómo expresar en palabras lo que se sabe sin más?

Sólo pueden producirse pequeñas aproximaciones, indicaciones, más o menos acertadas, que intenten dar cuerpo y forma a lo que carece de ambos.

Así, siempre se dice a qué se parece la Cosa sin jamás expresar claramente lo que esa Cosa Es.

El respeto a Ello es fundamental, básico, el primer ingrediente de la receta del despertar. Y por eso mismo se habla cuidando que sea cada cual quien lo experimente, sienta, sea o viva sin jamás influir direccionando ese caminar.

Ahora bien, sí puede decirse aquello que fuera de toda duda está y que removerá los cimientos de forma sutil, pero firme y constante, como es el que verdaderamente Nadie despierte, se Ilumina, o Realiza algo.

Porque esta forma y este nombre que todos tenemos y poseemos ha terminado por poseernos a nosotros, usurpando, en un intento destinado al fracaso más estrepitoso, ser rey en lugar del Rey, califa en lugar del Califa, ausencia en lugar de Presencia.

Las complicaciones surgen de las opiniones y éstas del flujo constante de pensamientos que por ser frecuente no significa que sea verdadero.

Todo es tan sencillo que si no pensásemos sobre ello se vería con tal nitidez como jamás se ha vislumbrado siquiera la perla más limpia y translúcida que exista.

Regresar a Sí mismo es recordar, comprender ese recuerdo, darse cuenta que jamás se partió, como jamás viajó quien vio la película cómodamente sentado en su butaca, es simplemente asentir con un cierto "ajá, es esto...".

Todo está dicho ya y sólo queda escucharlo con oídos que no son de este mundo.

Qué la maravilla te sorprenda en el mejor y más inesperado momento.

Qué lo será.

Qué lo Es ya.



MARAVILLA

 


El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados. 

Albert Einstein


Porque la maravilla no entiende de juicios ni prejuicios, sino de amores y descansos, de amaneceres que a cada instante se producen en nuestro Ser, precedidos de las oscuridades que a cada paso salen a nuestro encuentro.

Somos como los soles más brillantes de este gran Universo donde todo gira y se mueve en perfecto orden con exacta precisión jamás alterada. Las estrellas parecen apagarse y volverse a encender pero solo es la percepción que desde el filtro de la distancia nos hace verlo así.

Oscurece y amanece y cada Aurora nueva es un despertar a la vida, un canto del Alma que sabe más allá de nosotros, de ese "nosotros" cargado de dolores y pesadumbres que sólo busca un poco de amor.

Buscar lo que se Es produce confusión y ésta, a su vez, frustración que abrasa emergiendo como fuego erupcionado por el más ardiente volcán.

No temas por ello puesto que el fuego está para quemar en sus entrañas lo que las tuyas guardan en secreto y devolverte las brasas de la sencillez humilde que todo lo comprende y nada le afecta más allá del instante, como niño que llora por su palita perdida y ríe al segundo por la maravilla de coger la arena con sus propias manos.

Se feliz en la sencillez de tu corazón, donde los enemigos ajenos, que son los propios revestidos del disfraz del otro, no pueden aguantar su calor.

En cada respiración hay un renacer.

En cada latido un nuevo amanecer.

Respira y late en total confianza de que todo, absolutamente todo, siempre está bien, perfecto para ti.

Nada puede ser de otro modo pues entonces lo sería.

SEMILLA

 


Bajo la cascara se encuentra, escondida tras capas de blanda o dura corteza, la Semilla. Protegida de las inclemencias y peligros que le acechan permanece en silencio reposando y permitiendo que el trabajo interior y sagrado se haga por sí solo. No necesita esfuerzo, confianza o intención alguna pues ni siquiera podría plantearse algo así.

¿Piensa el cielo como sostener las estrellas? 

¿Calculan los planetas qué ángulo tomar en sus órbitas eternas?

Todo ocurre sin principio ni final en un Silencio único indiferente al ruido exterior o a la música de las esfery que sólo escuchan quienes carecen de oídos.

La Semilla, antes, ahora y después, en diferentes formas, con igual esencia, siendo todo el potencial contenido en ella, se hundirá en la Tierra, cambiará, se modificará, crecerá según su Constitución natural, pero seguirá siendo siempre la misma semilla.

Tú no coges un coco y comienzas a masticar su dura cáscara sino que, con algún esfuerzo, intentas abrirlo y aprovechar el agua y la carne que en su interior guardaba para ti.

Indiferente a que llegases y lo abrieses, él ya contenía todo en Santa espera para ti, por ti, siguiendo los dictados sin palabra ni sonido que le hacían saber que, al margen de la corteza que le otorga su aspecto exterior, infinitamente variado, su sueño real se guardaba bien adentro.

Si Cielo, planetas y hasta un humilde coco actúan así, sin actuar en absoluto, ¿Crees que tú puedes ser diferente?

Eres pura Semilla recubierta de diferentes cortezas, las cuales acabarán por romperse y abrirse para mostrar su tesoro: la Realidad, la Gracia, la Verdad de lo que jamás puede ser ocultado para siempre por más duro que sea el envoltorio y que, sin prisa alguna, espera pacientemente a ser redescubierta, reconocida, recordada, comprendida.

¿Quieres ver el Fruto?

Húndete en el interior de tu Tierra y visítalo.


¿ALGUIEN?

 

 

Todos queremos ser algo, alguien, en la vida, por nosotros o para aquellos que se encuentran a nuestro cargo y a los que deseamos dejarles un futuro mejor. Ese anhelo es un impulso único, natural, constante, que nos mueve como si de una obligación ineludible se tratase. 

Y a todos también, en algún momento, más tarde o temprano, es igual, ese impulso se vuelve trascendente y nos hace plantearnos la futilidad de la vida hecha de ilusión con fecha de caducidad y, en algunos casos, comenzar a dudar y plantearse que, quizás, hay un algo más que de nos está escapando.

Y comenzamos a buscar con ímpetu renovado, con las ganas que solo la inocencia de un pequeñuelos puede tener.... y lo hacemos durante años o puede que casi toda una vida donde hay momentos en que todo parece cobrar sentido y experiencias enriquecedoras o simplemente impactantes sirven de combustible para seguir buscando y no abandonar: son las migajas que el mismo que cree buscar se da a sí para mantenerse en ella.

El Yo que aparentemente somos tiene siempre miedo a desaparecer en esa aventura porque sabe que nada hay que buscar, nada hay que hacer, ni nadie hay que lo haga.

Es por ello que nos mantiene en una búsqueda constante, tan falsa como la promesa de que cierto día algo nos ocurrirá y despertará de nuestro sueño.

Es gracioso creer que aquello que produce el sueño quiera despertar al durmiente que lo sueña sometido como está a su yugo y mandato eternos.

Pero lo que también sabe es su naturaleza ilusoria y que, en esa búsqueda, habrá momentos en que el Ser que está más allá del buscador tendrá destellos de Si, de su auténtica y verdadera Naturaleza, de lo que realmente Es y, sobre todo, y ante ésto se aterroriza aún más, de lo que NO es.

Es por eso que cuando se siente y experimenta nuestra verdadera naturaleza, hay un regusto que ya jamás se irá, un algo que decantará el buen vino separándolo de los posos que lo contaminan y que si permite que se beba un sólo sorbo más, él, el yo, desaparecerá como hacen las nubes a merced del viento sin posibilidad de resistir su fuerza implacable.

Y, sabiéndolo, intenta siempre distraernos de diversas formas adaptadas a cada cual, aunque con elementos comunes, siendo algunas de ellas el exponer y defender argumentos vanos, el sentirse atacados, el quien se ha creído que es, el soy mejor que tú, y así una lista infinita que, como buen y experimentado manipulador, tiene redactada desde que tuvo consciencia de sí.

Falso: aquello que está sujeto al cambio jamás podrá ser real y, por tanto, desaparecerá sin más cuando la percepción de Ello y su correcta comprensión ocurran, que lo harán.

Ningún esfuerzo se necesita para darse cuenta de Ello, como tampoco hace falta esforzarse en saber que existes, que eres, que "estás" sin más.

Busca ese sentir y cuando aparezca vuelve a él cada vez que puedas sin prisa, sin pausa, como el aire que sostiene este cuerpo en su flujo constante hace cada instante.

La dificultad es solo una creencia y, como tal, lista para ser cuestionada y reflejada en el espejo de la Verdad.

¿DOS?

 


Los demás vienen a buscar lo que tú no quieres y lo que tú quieres, no lo vienen a buscar los demás.

Sri Shidarmeswar


Querer, desear, anhelar son conceptos que forman parte de nuestra vida, de ésta que hemos decidido adoptar, creer y seguir todo el tiempo sin cuestionar jamás su autenticidad.

Querer, desear, anhelar, son sinónimos de sufrir, apenar y doler, pues partiendo de la estación de la esperanza acaban siempre llegando al destino de la desilusión.

Cada cosa, concepto o idea que formulemos lleva consigo su contrario, cada cara de la moneda tiene su cruz porque todo aquí se sostiene precisamente en esa dualidad de experiencias como ladrillo y cemento sostienen, forman y constituyen el edificio de la realidad que decidimos habitar.

¿Realidad? 

Esta Ilusión se basa en la percepción y proyección que desde el flujo mental hacemos sobre lo único existente, como el óleo sobre el lienzo o la tinta sobre el papel. Y, como esos dos ejemplos, es precisamente una ilusión porque el papel empapado en agua se librará de la tinta y el lienzo del óleo, como si jamás hubiese habido imprimación alguna en su límpida superficie.

¿Quién quiere, desea y anhela? Esa es la cuestión. Lo hace quien cree que le falta algo, que vive en la carencia constante con el anhelo de encontrar en un momento dado aquello que todo lo resolverá. 

Busca, indaga, encuentra, pero sin moverte ni un milímetro de TI, sin viajar, pedir y rogar a ningún maestro (cosa que cualquiera que se precie de recibir ese nombre jamás permitirá) salvo a TI.

Abandona pues la dualidad y luego, cuando comprendas, deja de lado también la No Dualidad, pues, en caso contrario, habrás traspasado una puerta que te permitirá una felicidad enorme comparada con la situación anterior a ella, pero que seguirá siendo ilusoria.

El tren se desliza sobre dos raíles que solo ve como uno, hechos del mismo material.

Las olas hacen lo propio sobre el mar.

Y Tu, que eres tren, ola, mar, rail, y nada de eso a la vez, te deslizas sobre tu Ser sin que nada te sea ajeno ni propio, pues sencillamente Eres, sin más, sin conceptos, ideas o creencias absolutamente innecesarias para Ser.

Lo que tú quieres ya lo eres.

Permanece tranquilamente y deja de buscar.


SILENCIO

 


¿Quién quiere vivir el Silencio? 

¿Quién sumergirse en su ancho y calmo Mar?

¡Yo! dirás con ímpetu arrollador. Y al preguntarte cómo lo harás, comenzará, tras la perplejidad inicial, el desfile de ideas que, a ese respecto, surgirá atropelladamente en ti.

Y no sabrás responder, salvo, si acaso, un balbuceo infantil e inútil que jamás se traducirá en palabras comprensibles. Porque no sabes cómo zambullirte en un mar del que desconoces e ignoras su composición, forma, extensión y color, conceptos todos ellos que, ante ese término, "mar", habrán surgido por comparación con el que familiarmente te resulta conocido, compuesto de agua salada y olas de diferente tamaño, forma y espesor.

Y verás que algo te dirá que no es ese el mar de la pregunta inicial sino otro que responde a tus necesidades más secretas, a los deseos que arrastras toda tu vida y que jamás pudiste cumplir, a los anhelos de un descanso y una Paz que intuyes te espera en algún sitio que, por más que lo buscaste, jamás pudiste encontrar.

El Silencio es un Mar sin olas ni temporales, sin calma o alteración, un lugar imperturbable donde todo tiene cabida sin excepción, no porque contenga algo distinto a sí mismo sino porque es pura y bendita Agua que libremente adopta cualquier forma para luego abandonarla disolviéndose en su matriz primera, como el Vacío que todo lo contiene y, por tanto, Es.

El Silencio del que hablamos es independiente y distinto del ruido exterior, pues ocurre y se desarrolla completamente ajeno a las tormentas que parecen circundarle y amenazan con acallar su Voz, que la tiene, aunque nuestros oídos sean incapaces de escucharla o nuestros ojos de verla 

Este bendito y único Silencio ES en la intimidad de la cueva donde la manifestación no puede entrar y se asienta en su profundidad más interna esperando la visita de quien harto ya de balancearse de un extremo a otro a lomos del péndulo del reloj de la vida de emociones y pensamientos desbordantes, quiere cambiar el enojoso y molesto ruido de sus campanadas constantes por la tranquilidad de un "tic tac" suave que marca el ritmo vital, esencial, que ese otro ajetreo parecía haber hecho desaparecer.

No busques ese Silencio en lugares lejanos, ni mediante complejas fórmulas que, cuanto más enrevesadas sean, más te alejarán de El.

Invierte tu búsqueda o, mejor aún, abandónala y, sentándote en el suelo de tu Ser, simplemente permítete escucharlo resonar en Ti.

El espléndido Sonido del Silencio es la más hermosa melodía que jamás escucharás.

Cierra ojos y oídos y déjate mecer por Ella.