FAROS


 

Los faros son seguros de vida, luciérnagas que en la noche avisan de los peligros que acechan en la costa mediante la luz que emanan sin distinción, generósamente, a su alrededor sin mirar quién la merece o quién no.
 
El faro de la Comprensión actúa exactamente igual en nosotros, aquí y ahora, iluminando siempre de forma constante, despejando el cielo de las nubes que a veces parecen, sólo parecen, ocultarle.
 
¡¡¡Pero esa ocultación es mentira cochina¡¡¡ como dicen los niños.
 
A veces gustamos de recubrirnos con nubes ajenas y sobre todo propias, pero todo es puro Cielo despejado donde, con sólo soplar desde el convencimiento de que todo está hecho y nada hay que podamos hacer, esas mismas nubes se irán por sí solas mostrando la Belleza que ya Es y permitiéndonos comprender que sólo podremos ir respondiendo a las vicisitudes que la manifestación nos va presentando, sin que nada más podamos hacer.
 
Estamos tan acostumbrados a tener que esforzarnos, a resolver los problemas de forma a veces muy dura, que hemos olvidado la inocencia original, esa prístina ignorancia que de niños teníamos y usábamos de forma natural, sin dudar de su resultado, que siempre tomábamos por seguro. 
 
Igual tenemos que recuperarla desde la fe ciega completa y absoluta, sin fisuras, desde el convencimiento que todo, absolutamente todo, se reduce a una cuestión de comprensión, de ese darse cuenta que a todos nos espera desde siempre agazapado en la sombra de la mente y que en cuanto se despeja, aunque sea levemente, emerge con la fuerza inapelable de la Realidad que Es.
 
Y curiosamente en esa reducción, en esa minoración, se produce el crecimiento, la floración esperada, el resurgir, el renacer de ese Algo que esperabas y que ya estaba florecido, resurgido, renacido, sólo que habías olvidado cómo mirarlo porque enfocaste tu faro en costas lejanas en lugar de en las propias.

Estas a tiempo, siempre se está, puesto que este tiempo es otro invento, muy elaborado y anclado, de la misma mente que te impulsa a navegar por territorios ajenos a ti.
 
Enciende tu faro.
 
Contempla el paisaje.
 
Todo, eres Tu.

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