SALTO


 

Reconócelo: cada día buscas ese algo que "te falta", ese hechizo mágico que resuelva la infelicidad que experimentas, el Vellocino de Oro, la Piedra Filosofal que transforme esa plúmbea vida en precioso y preciado puro Oro.
 
Hemos olvidado que somos la Fuente y que reside en nosotros, que ES en y por nosotros y por eso preferimos la nostalgia del viaje en lugar de la alegria de llegar a destino, la queja y la tristeza nostálgica de un recuerdo fugaz que nos empeñamos en buscar en galaxias lejanas cuando dentro de nosotros se encuentra el entero universo.
 
¡Despierta y mira!
 
¡¡Todo lo que te rodea y puedes percibir es pura ilusión!!
 
Todo es susceptible de ser tratado como el cuadro colgado en la pared de tu cuarto, como el suelo que pisas, como la luz que entra por la ventana...
 
Todo, absolutamente todo. Y ese "Todo" incluye tu cuerpo y tus pensamientos a los que debes observar como si de una película se tratase, donde atiendes a los actores de la misma y a su devaneos en la historia que en ella se retrata.
 
Y entonces ¿dónde estas tu?
 
Si puedes contemplar todo ello así, no puedes serlo, incluidos ese cuerpo y esos pensamientos que emergen y surgen por doquier sin ningún estímulo previo, sin que tu voluntad pueda decidir cuándo y de qué forma deben aparecer.
 
¿De verdad crees controlar algo?
 
Todo ocurre como debe ocurrir. 
 
Todo Es como ya Es. 
 
Todo emerge a cada instante, completamente nuevo y sólo la ilusión de una memoria basada en supuestos recuerdos de un pasado ya extinto te hace creer que actúas en esa obra de forma voluntaria y decidida, que eres hacedor de tus actos.
 
¡Despierta y mira!
 
Salta al vacio del cuestionamiento de ese tu.
 
Observa todo como el sueño que es y Todo ocupará el lugar que le corresponde.
 
Contémplate y verás que nada ni nadie puede hacerte ver aquello que ya eres porque precisamente ¡ya lo eres!
 
¡Despierta y mira!
 
Encontraras que nadie hay que despierte y mire.
 
Vive la Vida.
 
Se esa misma Vida.

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